domingo, 15 de junio de 2014

Meteóra 2012







Dirección:  Spiros Stathoulopoulos
 
Guión: Spiros Stathoulopoulos, Asimakis Alfa Pagidas

Nacionalidad: Grecia

Reparto: Theo Alexander, Tamila Koulieva-Karantinaki, Adonis Kapsalis, Giorgos Karakantas, Dimitris Hristidis, Stelios Mavroudakos, Zoe Stathoulopoulou, Aleksandra Siafkou

Sinopsis: Con una fotografía que nos muestra los impactantes monasterios construidos por monjes ortodoxos del siglo XIV sobre imponentes rocas, la película, que es una producción grecoalemana filmada en Meteora, Grecia central (región que es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO), investiga el cuestionamiento de la dinámica entre la espiritualidad y el deseo humano, y es narrada a través de la relación entre un joven monje ortodoxo griego (Theo Alexander, también coproductor) y una monja ortodoxa rusa (Tamila Koulieva). (FILMAFFINITY)





Con una fotografía prodigiosa y una dirección de diez nos llega Metéora.

Película que abarca un tema mil veces tratado pero desde una visión poética y metafórica de una sensibilidad exquisita. Con una cámara en la mayoría de ocasiones fija, usando unos planos largos (uno de ellos larguísimo, la escena del picnic entre los dos protagonistas), nos introduce en la vida de estas dos personas que han decidido entregar su vida a Dios. No obstante, se valdrá de una animación al estilo gótico europeo del siglo XIV para contrastar su vida de obediencia con sus verdaderos deseos y pasiones ocultas.

La composición plástica de los diferentes planos nos intrucirán en un breve repaso de la historia del arte, con escenas como la de el monje preparando la carne, donde el claroscuro y la luz entrando por el ventanal, construirán artificalmente una obra barroca. La inmensidad de lo sublime que transmite el paisaje con la soledad de un arbol al fondo será muy parecida a cualquiera de las obras de Friedrich, escena la cual será precedida por una clara alusión a El origen del mundo de Gustave Courbet, una abrupta ruptura que nos llevará de lo romántico a lo realista en cuestión de sengundos.




Escenas muy destacadas por su belleza plástica, auditiva y simbólica son por ejemplo las animaciones que muestran el sentimeinto de culpabilidad de ambos jóvenes, cayendo de su ambiente protector, es decir, su monasterio, al peor de los infiernos. También, siguiendo dentro de este mundo de emociones y deseos reprimidos, la culpabilidad que siente el joven ante Cristo, al que cree traicionar, por lo que inunda con su sangre todo aquello que rodea. Pero sin duda, la escena más bella es sin lugar a dudas el fuerte deseo salvaje que siente la monja por liberar su cabellera, la cual es reacia a mostrar, para entregarle la llave de su deseo al monje que ama.





La crueldad del mundo real, lejos de lo divino, dentro de lo terrenal, se muestra en la escena, ésta vez sin plano fijo, más bien en un estilo más cercano al DOGMA, en la que se asesina a una cabra con tal de poder conseguir alimento de ella.

Las campanas sonando durante minutos enteros a un nivel ensordecedor nos muestra el peso de la culpa de la monja, así como el llamamiento de Dios y de la vida monástica, iracundos hacia su comportamiento, castigándola y recondándola cual es misión en la vida.

Por última, otra escena simbólica importante se puede observar en el instante que ambos jóvenes consuman su amor, alejados en una cueva. Detrás de los dos vemos dos rayos de sol entrando divinamente. Se trata de Dios. No es que haya dos dioses, es que ambos religiosos son conscientes de que Dios está presente, y aun así, no pueden resistir el deseo humano natural que sienten el uno por el otro.


Luis Suñer

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