Director: Luis García Berlanga
Guión: Luis García Berlganga, Miguel Mihura y Juan Antonio Bardem
Nacionalidad: España
Sinopsis: Años 50. Villar del Río es un pequeño y tranquilo pueblo en el que nunca pasa nada. Sin embargo, el mismo día en que llegan la cantante folclórica Carmen Vargas y su representante, se recibe la noticia de la inminente visita de un comité del Plan Marshall (proyecto económico americano para la reconstrucción de Europa). La novedad provoca un gran revuelo entre la gente, y el bonachón alcalde del pueblo (Pepe Isbert) propone a los vecinos que se disfracen al más puro estilo andaluz para causar buena impresión a los americanos que vienen a repartir dinero.
Luis García
Berlanga en sin duda uno de los pesos pesados de la historia del cine español.
Títulos en su filmografía como El verdugo,
película reconocida internacionalmente, así lo evidencian. No se queda atrás
tampoco la película que aquí vamos a comentar, el segundo largometraje que
llevó a cabo el valenciano. Con su mención especial en Cannes, evitó su
retirada de las carteleras tras tres días de proyecciones y se convirtió en la
segunda película más taquillera del director por detrás de La vaquilla (1985).
En un periodo de
posguerra en una España que debido a su gobierno fascista se veía privada de
las ayudas económicas estadounidenses del Plan Marshall, encontramos esta
evidente crítica que por extraños motivos se le escapó a la censura del momento.
Con un montaje de lo más dinámico y una fotografía en blanco y negro muy
pulcra, se nos presenta a modo de retrato costumbrista los diferentes
personajes, el alcalde, la profesora, el hidalgo o el representante de la joven
promesa de la canción andaluza que se encuentran en Villar del Río (Guadalix de
la Sierra ), un
pueblo de lo más rural de la
España profunda.
Salta la noticia
de que los estadounidenses van a visitar el pueblo para llevar a cabo sus
medidas del Plan Marshall, lo cual revoluciona a un pueblo en el que sus más
ilustres habitanbtes se reunirán para decidir que medidas tomar. Es aquí cuando
podemos encontrar una diversidad de diálogos mordaces e inteligentísimamente
divertidos, tanto por lo sagaz de estos como por el absurdo que resulta colocar
un vocabulario tan excelso en boca de tan caricaturizados personajes. Se nota
pues la mano en el guión de Miguel Mihura, cuya pluma 20 años antes ya nos
regaló una de sus dramaturgias más inolvidables, Tres Sombreros de Copa, toda una obra cúlmen española del teatro
del absurdo.
Berlanga
disfraza a todos los habitantes del pueblo de andaluces para vender el folclore
español conocido más allá de nuestras fronteras en los años 50, y el pueblo no
tiene problemas en tirar por tierra toda su esencia y personalidad con tal de
agradar a aquellos a los que cada uno de sus habitantes podrá pedir una cosa.
No todo el mundo actúa así, está claro, pues tanto el cura como el hidalgo se
opondrán al recibimiento de los americanos, y no es casualidad que aquellos que
se nieguen sean estos dos estereotipos, elementos primordiales en la ejecución
del fascismo en España y enemigos de aquellos que puedan hacerles perder sus
privilegios cambiando una dictadura por una democracia liberal.
La modernidad de
la película ya no reside tan solo por el dinamismo de su montaje, sino por un
ejercicio de posmodernidad y trangresión con resultados divertidísimos, donde
vemos a un José Isbert disfrazado de vaqueros del Oseste y un saloon escuchando a una cantante de
flamenco, casi 60 años antes de que Tarantino nos pusiera Hip Hop en un western. Otro detalle importante es la
otra escena onírica donde los reyes magos se vuelven americanos y lanzan un
tractor en paracaídas, creando una escena posterior de gran belleza plástica e
icónica dentro del panorama del cine español.
Por último, los
americanos pasarán de largo, manera idonia de representar el fervoso deseo español
por participar de la recuperación económica del Plan Marshall, vendiéndose a
ellos mismos con tal de conseguir el favor americano y viéndose traicionados
por un gobierno invisible pero presente, que condenó al pueblo español a 20
años de posguerra y una retraso considerable respecto al resto de Europa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario