domingo, 23 de marzo de 2014

Le passé (El pasado) 2013






Dirección: Asghar Farhadi

Guión: Asghar Farhadi

Nacionalidad: Francia

Reparto: Bérénice Bejo, Tahar Rahim, Babak Karimi, Ali Mosaffa, Pauline Burlet, Elyes Aguis, Jeanne Jestin, Sabrina Ouazani, Valeria Cavalli




Sinopsis: Después de cuatro años de separación, Ahmad llega a París desde Teherán, a pedido de Marie, su esposa francesa, para proceder a las formalidades de su divorcio. Durante su corta estadía, Ahmad descubre la relación conflictiva que Marie mantiene con su hija, Lucie. Los esfuerzos de Ahmad para intentar mejorar esta relación dejarán al descubierto un secreto del pasado.






Tras arrasar en forma de premios en 2011 en occidente con la iraní Jodaeiye Nader az Simin (Nader y Simin, una separación), Asghar Farhadi llegó a Cannes en mayo del año pasado con una película de producción francorianí en cuya sencillez se respira su grandeza. Una película pequeña en su puesta en escena pero grande en matices que si bien se refuerza en una soberbia dirección, no menos elogios se merecen sus interpretaciones, uno de sus puntos fuertes que la llevaría a verse premiada con el premio a la mejor actriz, Bérénice Bejo, en el prestigioso festival galo.

En cuanto abarcamos el film se nos presenta a los personajes de forma minimalista, cruda y veraz, y los vamos conociendo tanto a ellos como el ambiente que los rodea, con el cual interactúan de una manera que logran fusionarlo con sus propias personalidades, sentimientos y estados de ánimo.

Se crea una  atmósfera de tristeza, de descolocación en la cual se puede palpar la sensación de que ahí hay algo que no está bien. Poco a poco y con ligera sutileza se va abriendo un resquicio gracias a la llegada de Ahmad, que en cuestión de días ayuda a levantar un manto de negatividad del cual nadie se atreve a estirar para no encontrarse sumergido en un inevitable fatalismo existencial.

Tras conocer a todos y cada uno de los miembros que forman esta gran familia desestructurada, tanto física como mentalmente, y sin caer en melodramas adulterados (salvo en alguna pequeña ocasión), se abre en canal a los personajes para que vayan sacando todo elemento impuro de sus vidas tratando de luchar para conseguir sentirse mejores con ellos mismos y una vez conseguido esto se encuentren mejor en su relación con los demás. 

Un guión calmado, férreo y sin fisuras, de ritmo pausado pero sin alargamientos artificiosos, logra la tensión en el espectador, que odia y compadece a los personajes mientras los acompaña en su odisea personal en busca de la felicidad.


En definitiva, estamos ante una película dirigida con mano firme, con un guión al que bien poco se le puede criticar y con unas actuaciones de lujo que bien supondrá una buena oferta para la cartelera del mes de abril para todos aquellos que quieran ver uno de los nuevos productos de calidad con la frescura de una historia realista tratada desde una perspectiva europea.


Luis Suñer

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