lunes, 28 de abril de 2014

La segunda guerra chino-japonesa (1937-1945) en el Cine.

La Historia del Cine nos ha regalado grandes películas ambientadas en ese periodo de locura colectiva que fue la IIGM, títulos como El Pianista, La lista de Schindler lo avalan, no obstante, hay un episodio importante de esta guerra que no ha tenido tanta accesibilidad en occidente y es la particular guerra expansionista que inició el Imperio japonés en los territorios cercanos del continente asiático entre ellos Manchuria y otras zonas de su país vecino China.


Dentro del marco de la IIGM, una vez Japón se hizo con Manchuria inició una ofensiva en el norte y el este de China defendido por el nacionalista Chiang Kai Shek y que finalmente acabó con la rendición japonesa por las incursiones soviéticas con su posterior amenaza y la bomba atomática arrojada en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki por parte de Estados Unidos.


Recientemente, China ha internacionalizado dos películas centradas en la entrada japonesa en la entonces capital china Nanjing, un triste episodio que mostró de nuevo la sinrazón y la repugnancia a la que pueden llegar las atrocidades cometidas por el ser humano durante la guerra.

Lu Chuan presentó en 2009 Ciudad de vida y muerte (Nanjing Nanjing) la cual fue galardonada como la mejor película del Festival de San Sebastián de ese mismo año.


Lu Chuan, bebe del mejor Spielberg con unos 30 minutos iniciales llenos de disparos y ofensivas desenfrenadas entre soldados muriendo en la crudeza de la guerra tal y como se inicia Salvar al soldado Ryan. Una vez tomada la ciudad, la historia dibuja las diferentes caras de aquella ciudad tanto de un bando como de otro. También se nota su admiración por Spielberg al introducir la historia del conocido Schindler chino, nazi el cual ayudó en la medida de lo posible a salvar a cuantas más ciudadanos chinos mejor de las atrocidades acomentidas durante aquellos fatídicos días.

El título anglosajón nos muestra las dos caras de la ciudad y de la humanidad, dejando ver lo mejor y lo peor del ser humano en una película que llega a emocionar a golpear al espectador el cual se encuentra con una sobredosis de humanidad, tanto en lo bueno como en lo malo.

Zhang Yimou, posiblemente el más famoso director chino del momento, tan solo dos años después presentó la película más cara del país hasta el momento, Las flores de la guerra.



Contando con la superestrella Christian Bale y acusado de venderse al régimen o buscar el galardón o el premio fácil, Zhang Yimou hace su particular película sobre la entrada japonesa en Nanjing desde una anécdota real en la que un estodunidense se hizo pasar por cura para proteger a un grupo de niñas y un seguido de prostitutas. De una belleza visual digna de la fotografía de este gran director asiduo a jugar con los contrastes cromáticos, nos podemos deleitar también con escenas de acción y cierto plano secuencia que no voy a describir para no desvelar una importante escena bella en su ejecución y horrible en su contenido. 



Por su lado, Japón también llevó a cabo importantísimas películas sobre lo ocurrido en esta guerra aunque quizás, eclipsadas por directores de más renombre, no han sido muy accesibles en occidente.

Masaki Kobayashi entre 1959 y 1961, acusado de antipatriota, filmó una de las más importantes películas japonesas de la historia y lamentablemente bastante desconocida a día de hoy aunque últimamente ha empezado a tener el reconocimiento que se merece.  Dividida en tres partes, La condición humana I: No hay amor más grande, La condición humana II: El camino a la eternidad y La condición humana III: La plegaria del soldado y de casi diez horas de duración, es uno de los films más antibelicistas de la Historia. Algunas de sus escenas serán recuperadas por Stanley Kubrick en su penúltima película La chaqueta metálica.




Relata a un ritmo casi occidental y con una fotografía pulcramente cuidada la historia del joven Kaji, pacifista, humanista, estudioso, comunista y buen amante que está obligado a colaborar con el régimen fascista de su país. Siempre al lado de su esposa, física o mentalmente, se enfrenta a diferentes atrocidades y engaños personales que le harán evolucionar hasta ir perdiendo poco a poco su humanidad. Un nihilismo que se extiende conociendo diferentes localizaciones de la guerra en la que participa y que tan solo será remediado por el amor que siente por su esposa.


También del 1959 será Nobi (Fuego en la llanura) de Kon Ichikawa, película que tratará sobre un grupo de soldados perdidos en la batalla y se verán obligados a perder toda su humanidad con tal de sobrevivir en la selva de la vida que es la guerra.




El casi desconocio Yasuzo Masumura, en 1966 nos deja otra obra mestra antibelicista como es Red Angel. De nuevo observamos la guerra japonesa en China esta vez desde la perspectiva de la mujer y del cuerpo médico. Una enfermera destinada a la ocupación japonesa en China explicará en forma de narrador a los espectadores sus traumáticas experiencias dentro de la guerra así como los sentimientos que desarrollará durante éstas con sus allegados.



Con una fotografía impecable en blanco y negro, el relato llega al clímax emocional en las escenas sexuales llenas de lirismo y sensibilidad acompañadas de una dulcísimo melodía. La batalla final está espléndidamente filmada a la vez que crea una tensión y una descolocación de los personajes digna de una situación como la que se encuentran. Muestra la crueldad de la guerra y el destino trágico de los que participan en ella, el médico decidiendo quien vive y quien muere, la enfermera sintiéndose culpable por las muertes y desgracias de la que no es culpable, los soldados siendo mutilados y obligados a no volver a sus casas por miedo a exponerlos desfigurados y mostrar una debilidad ante el pueblo en lo que a la guerra se refiere.



Éstas son tan solo unas pocas de las muchas películas que tratan sobre este episodio no tan conocido desde occidente pero que bien nos sirven tanto para conocer la historia del continente asiático durante la última gran guerra así como para concienciarnos de lo absurdo ésta. De nuevo el arte del cinematógrafo sirve para forjar en nosotros los sentimiento humanos más universales, llevados al extremo en situaciones tan complicadas como las que se relatan.



Luis Suñer

jueves, 24 de abril de 2014

Ida 2013

Dirección:  Pawel Pawlikowki

Guión: Pawel Pawlikowski, Rebecca Lenkiewicz

Nacionalidad: Polonia

Reparto: Agata Kulesza, Agata Trzebuchowska, Joanna Kulig, Dawid Ogrodnik, Jerzy Trela, Adam Szyszkowski, Artur Janusiak, Halina Skoczynska, Mariusz Jakus

Sinopsis:  Polonia, 1960. Anna, una joven novicia que está a punto de hacerse monja, descubre un oscuro secreto de familia que data de la terrible época de la ocupación nazi. (FILMAFFINITY)



El director polaco Pawel Pawlikowski (1957), ha entrado en nuestras carteleras en el último mes con dos películas, La mujer del quinto (2011) e Ida. Esta última goza de una buena tirada comercial en nuestro país a la vez que ha sido totalmente aclamada por la crítica. De hecho, este film ha sido el gran triunfador del pasado Festival de Gijón llevándose entre otros premios el de mejor película y mejor actriz (Agata Kulesza).



La película nos introduce dentro de la Polonia de los años sesenta donde hay una gran desorientación debida a las reminiscencias del nazismo así como su actualidad socialista y su futuro cristiano. A modo de road movie, asistimos al viaje al pasado y al interior de una joven que quiere hacer los votos y entregarse a Dios y de su tía jueza y liberal, las cuales no luchan tan sólo por conocer los secretos de su pasado sino también de su presente.

Con ritmo pausado, en blanco y negro en formato 4:3 y con una importancia esencial del sonido rompiendo el silencio, la película destaca por su excepcional fotografía, dejando en evidencia el trabajo que hay detrás de todas y cada una de las escenas (casi todas en plano fijo) encarcelando y a veces agobiando a sus protagonistas. La geometría en la composición de sus planos y sus juegos cromáticos jugando con la iluminación convierten a Ida en una delicia visual.



La calma que domina gran parte del metraje es rota en ocasiones por minutos musicales que contrastan con lo que estamos observando a la vez que dejan impasible a nuestra protagonista, como si se tratara de una película del finlandés Aki Kaurismaki. La música clásica ayuda a empatizar con los personajes y a dotar de solemnidad alguna de sus escenas más relevantes.


No obstante, desde mi subjetividad, pese a poseer una de las mejores fotografías del año (sino la mejor), su secuencia de imágenes poderosas y su compenetración musical, en muchas ocasiones Ida se siente como una película distante, que abarca una temática casi bergmaniana pero que no es capaz de romper la frialdad grisácea y el rostro serio de la bellísima Agata Kulesza. No por ello sería excusable dejar de ver y de alabar la cinta que nos ha ofrecido Pawlikowski, una rareza en nuestras salas comerciales. 

Luis Suñer

 

miércoles, 16 de abril de 2014

Bushi no ichibun (Love and Honor) 2006


Dirección:  Yoji Yamada

Guión: Yôji Yamada, Emiko Hiramatsu, Ichiro Yamamoto (Novela: Shuuhei Fujisawa)

Nacionalidad: Japón

Reparto: Takuya Kimura, Rei Dan, Takashi Sasano, Nenji Kobayashi, Makoto Akatsuka, Toshiki Ayata, Koen Kondo, Mitsugoro Bando, Kaori Momoi, Ken Ogata

Sinopsis:  Yamada cierra su trilogía sobre samurais con esta historia acerca de un fuerte servidor del Shogun que pierde la vista en una misión. Su mujer, por la que siente devoción, se sacrifica para salvar su honor. Ahora el samurái promete venganza por su amor perdido y por su honor como guerrero... (FILMAFFINITY)



Yoji Yamada (1931) que este pasado año nos dejó su remake de Cuentos de Tokio del inigualable Yasujiro Ozu, presentó en 2006 el cierre de su trilogía de temática samurái con Bushi no ichibun, una película que trata acerca del honor y el amor, como su traducción anglosajona (Love & Honor) bien nos indica.


Con una puesta en escena sustentada por tres grandes actores que dan vida a un samurái, a su mujer y al criado del primero, se nos muestra con un lirismo tan lento y delicado como la narración del relato, una belleza plástica la cual nuestro protagonista está condenado a no poder disfrutar nunca jamás debido a su pérdida de visión. No obstante, ni la belleza de las luciérnagas o de la llegada de la primavera  se pueden comparar al amor que su mujer le profesa y que será el desencadenante del melodrama que viviremos junto a ellos.






Aun habiendo sufrido por cumplir con su deber, Shinnojo se sentirá un inútil en la sociedad, condenado a vivir de la caridad y a acarrear problemas a sus allegados. La presión familiar instando a la ingnonimia de su mujer Kayo con el samurái superior Higuchi para conseguir un trato de favor del señor del castillo  para con ellos, generará un conglomerado cuyo estallido se materializará en un acto de amor y deshonor que llevará a la infelicidad del matrimonio.  

 
Con los sentimientos del espectador a flor de piel tras el descubrimiento del acto de amor y deshonor que lleva acabo Kayo, nos adentramos en el entrenamiento del ciego Shinnojo el cual,  siendo conocedor de que el trato de favor del señor no es debido a Higuchi, el cual engaña a Kayo para abusar de ella, sino a los buenos sentimientos del señor del castillo, decide vengarla retándose con él.



Yamada relata una historia acerca del amor, el honor, el código samurái, la familia, el interés y el pensamiento japonés de la época de una manera tan bella en lo visual como palpable en lo sentimental, valiéndose del simbolismo y de unas actuaciones magistrales demostrando que el país de los Kurosawa, Mizoguchi o Inamura sigue siendo unos de los referentes mundiales en lo que al séptimo arte se refiere.


Luis Suñer

sábado, 12 de abril de 2014

Da-reun na-ra-e-suh (In Another Country) 2012 En otro país




Dirección:  Hong Sang-soo

Guión: Hong Sang-soo

Nacionalidad: Corea del Sur

Reparto: Isabelle Huppert, Yu Jun-Sang, Moon So-Ri, Jung Yu-Mi, Yoon Yeo-Jung, Moon Sung-Geun

Sinopsis: Una madre y su hija huyen a la ciudad costera de Mohang para eludir las deudas que han contraído. La joven empieza a escribir un guión para un cortometraje que tiene como protagonistas a tres mujeres llamadas Anne. Las tres llegan a Mohang y allí reciben la ayuda de la dueña del motel donde se hospedan y la de un socorrista que vagabundea por la playa. (FILMAFFINITY)
 

El surcoreano Hong Sang-soo (1960) es sin duda uno de los nombres que más suenan últimamente cuando se habla de los directores de cine de autor actuales más importantes del globo.

In another country es su primera película que ha llegado a los cines españoles, en gran parte debido a su proyección en la sección oficial de largometrajes en el Festival de Cannes de 2012 así como el rostro de Isabelle Huppert como protagonista de la cinta. Por otro lado, su más reciente Nobody's Daughter Haewon presente en la Berlinale de 2013, parece que de momento no va a ser posible disfrutarla en la gran pantalla.


La película que nos atañe contiene los rasgos característicos de su cine centrado en la construcción de unos personajes que se encuentran en un periodo de sus vidas en los que están absolutamente perdidos, siendo torpes con sus relaciones con los demás, coqueteando con el alcohol y el sexo en un intento de reubicarse y seguir adelante.

Los diálogos van de los transcendental a los superfluo, como en la vida real. Los planos secuencia como en las escenas del restaurante desprenden verosimilitud. La puesta en escena es minimalista, naturalista, evocando una realidad costumbrista rota por unos zooms que demuestran la artificiosidad de lo que se está realizando.


Y es aquí donde reside la importancia de esta película. El alterego de Sang-soo, la joven escritora, relata tres historias con los mismos protagonistas cambiando algunos aspectos de sus vidas y sus relaciones pero no su esencia. Este trabajo estilístico no es sino la vida misma del propio director, el cual confiesa en una entrevista en la revista So Film que cuando inicia un rodaje, su guión no tiene más que 30 o 40 páginas y que por las mañanas se dedica a reescribirlo y añadir aquello que le parece adecuado grabar en una localización determinada. El  personaje del director en la película afirma querer grabar una película sobre el lugar, y que una vez grabada entenderá su significado. Así trabaja Sang-soo.


No importa el orden, no importan las motivaciones, no importa quien es quien, es todo un macguffin, él quiere contar una historia, sobre unos personajes, en un lugar determinado, cualquiera de las tres historias sirve, o más bien dicho, las tres son necesarias, pero no sólo estas tres, podrían ser otras tres, es lo de menos, lo importante en su estilo, su sello, lo que Sang-soo nos cuenta y cómo lo cuenta. Y eso es de lo que trata el cine de autor.

Luis Suñer












miércoles, 9 de abril de 2014

Mis 20 películas favoritas de 2013

Desde la más pura subjetividad, presento las 20 películas que he encontrado más interesantes y que más he disfrutado del pasado año. El orden es significativo pero tampoco hay que tenerlo muy en cuenta.


1) La vida de Adèle - Abdellatif Kechiche

Mi crítica en FA La mirada triste de Adèle

 

2) Her - Spike Jonze
 


 
3) Nebraska - Alexander Payne

Mi crítica en FA  SI NO LA HA VISTO, SE ESTÁ PERDIENDO UNA DE LAS PELÍCULAS DEL AÑO

4) Gravity - Alfonso Cuarón


5) La gran estafa americana - David O. Russell

Mi crítica en FA Déjate llevar

6) La gran belleza - Paolo Sorrentino


7) The Congress - Ari Folman


8) Los ilusos - Jonás Trueba





9) Nymphomaniac - Lars Von Trier

Mi crítica FA La película es mía y me la f***o como quiero.
Entrada en el blog  Nymphomaniac 2013






10) Sharknado- Anthony C. Ferrante


11) El pasado - Asghar Farhadi

Entrada en el blog Le passé (El pasado) 2013


12) La mejor oferta - Giuseppe Tornatore



 13) A propósito de Llewyn Davis - Joel Coen, Ethan Coen


14) La herida - Fernando Franco



15) Caníbal  - Manuel Martín Cuenca



16) La caza - Thomas Vinterberg
 



17) Guillaume y los chicos, ¡a la mesa! - Guillaume Gallienne



18) Joven y bonita - François Ozon


19) Nobody's Daughter Haewon - Hong Sang-soo



20) Europa One - Sebastián Cordero







Mención especial a películas que no han entrado en el top pero son destacables: Dallas Buyers Club, The Act of  Killing, Las brujas de Zugarramurdi, Vivir es fácil con los ojos cerrados, Stoker y Borgman.

Películas que aun no he visto pero que podrían entrar en un futuro: De tal padre tal hijo y Una familia de Tokio.


Luis Suñer


lunes, 7 de abril de 2014

Ohayô (Buenos días) 1959






Dirección:  Yasujiro Ozu

Guión: Yasujiro Ozu, Kôgo Noda

Nacionalidad: Japón

Reparto: Chishu Ryu, Kuniko Miyake, Yoshiko Kuga, Koji Shidara, Masahiko Shimazu, Keiji Sada, Haruo Tanaka, Haruko Sugimura

Sinopsis: Japón, años 50. Como todos los días, los miembros de una familia se disponen a afrontar sus problemas, sueños y realidades. El padre, con los altibajos de su trabajo y las exigencias que impone la educación de los hijos. La madre, administrando los ingresos familiares y atendiendo a las múltiples complicaciones de la vida doméstica. Y los hijos obsesionados por tener televisión en casa, y uno de ellos enfrascado en sus estudios y angustiado por un defecto físico. (FILMAFFINITY)



El director nipón Yasujiro Ozu (1903 – 1963), pilar del cine clásico japonés, abarcó durante su carrera el cine mudo así como el blanco y negro y el color. Con la familia como eje de su filmografía, su obra se basa en el retrato de la sociedad japonesa contemporánea, lo cual hizo creer a sus compatriotas que este cine sería difícilmente entendido fuera de sus fronteras. Es por ello que la primera retrospectiva de Ozu no se llevó a cabo en Occidente hasta finales de los 70 en el Reino Unido.




En esta ocasión, nos presenta en color unos suburbios japoneses donde sus habitantes están obligados a vivir en comunidad. Se vale de una cámara fija que no se mueve en ningún momento y de unos encuadres milimétricamente planificados, en el que cualquier objeto de decoración o movimiento de los personajes ha sido antaño ideado en la mente del director. La posición de la cámara cuando hay movimiento de personajes se sitúa en la distancia justa que en la que se ha calculado la secuencia espacio-temporal. 


En clave de comedia, Buenos días, nos presenta un seguido de personajes, las mujeres que disfrutan de las habladurías y de las invenciones sobre los demás guardando en ellas reminiscencias de la crueldad japonesa de antaño (la forma de tratar a la madre cuando le dice que la debería de llevar a morir al monte de Narayama), los padres de familia anclados en el tradicionalismo cuya vida va del trabajo al bar y del bar a casa a dormir, una generación joven con una vista más amplia hacia occidente (profesor de inglés y la joven de la cual está enamorado) y por último, unos niños los cuales reclaman la llegada irremediable de la occidentalización.
 



En estos niños se muestra lo que es la occidentalización japonesa, que no es un cambio de culturas ni de tradiciones (aunque sí que existe cierta destradicionalización vigente), sino que el fruto de esto será la convivencia de dos mundos condenados a entenderse. ¿Para qué desean con tanto fervor una televisión? Pues ni más ni menos que para ver combates de sumo, una tradición japonesa milenaria. 



Lo que observamos en esta película, no se distancia mucho de lo que podría pasar en cualquier zona rural de nuestro país, donde hay mujeres que hablan por hablar (el gusto por el noble arte de malmeter sin fundamento), hombres que trabajan y se emborrachan y nuevas generaciones exigiendo una renovación de sus formas de vida.
Quizás lo que más se aleje de nuestra cultura sea la forma de protesta, la huelga de silencio, pues no es sino una huelga a la japonesa, en la cual lo que prima es la sobreproducción, es este caso de silencio, ya que su padre les culpa de hablar demasiado.


Luis Suñer