Dirección: Ryszard Bugajski
Guión: Ryszard Bugajski, Janusz Dymek
Nacionalidad: Polonia
Reparto: Krystyna Janda, Adam Ferency, Jenusz Gajos, Agnieszka Holland, Anna Romantowska
Desconocidísima
película polaca que pone al descubierto la represión estatal comunista de los
años 50 y que a causa de ello, debido a ser estrenada en 1989, estando Polonia
todavía bajo el yugo soviético, fue inmediatamente censurada, consiguiendo su
éxito en el festival de Cannes del siguiente año, donde su actriz principal
Krystina Janda recibió el galardón a mejor actriz tras deleitar al jurado con
una de las interpretaciones más entregadas y más inolvidables que un servidor
ha tenido el placer de disfrutar.
Con un estilo
bressoniano en un argumento con reminiscencias de Un condenado a muerte se ha escapado (1956) se nos muestra el
calvario de una joven artista que sufre la paranoica acusación de conspirar
contra el régimen, siendo por ello, sin prueba alguna que la incrimine, retenida coartando su voluntad y torturada con tal de conseguir confesiones falsas que
rebajen su castigo.
El abuso de poder desnuda a los seres humanos, enseñando como el poderoso abusará del débil, humillándolo hasta el punto de anularlo como persona inyectándole nihilismo por vía intravenosa hasta que renuncie a si mismo. El castigo ante su resistencia llevará a los verdugos a ingeniar distintas formas de martirio, buscando la traición de las amistades, la destrucción de cualquier atisbo de compañerismo que exista en el reo, haciendo lo posible por hallar la acusación recíproca, como les ocurrirá a los personajes de la novela 1984 de George Orwell.
El abuso de poder desnuda a los seres humanos, enseñando como el poderoso abusará del débil, humillándolo hasta el punto de anularlo como persona inyectándole nihilismo por vía intravenosa hasta que renuncie a si mismo. El castigo ante su resistencia llevará a los verdugos a ingeniar distintas formas de martirio, buscando la traición de las amistades, la destrucción de cualquier atisbo de compañerismo que exista en el reo, haciendo lo posible por hallar la acusación recíproca, como les ocurrirá a los personajes de la novela 1984 de George Orwell.
Los personajes
son enfocados en primeros planos, atrapados en unos cuatro tercios que los
enjaula (de hecho en muchos de los planos los personajes no llegan a caber
dentro del mismo), engendrando una sensación claustrofóbica en el espectador,
que se siente agobiado por no caber en la celda junto a las demás prisioneras.
Los interrogadores están tan cerca de la cámara que notas su aliento sobre ti,
no dejándote relajar ni un solo segundo. La importancia del sonido es relevante
para crear la atmósfera carcelaria, llena de silencios y ecos fríos de las
llaves contra los barrotes a la vez que los gritos de sufrimiento destrozan la
moral de las prisioneras.
La película se
abre con música intradiegética, Antonina, llena de vida y de juventud, canta y
baila con alegría mientras que sus preocupaciones no pasan de ser banales si
las comparamos a lo que se le vendrá encima. Al final del film, tras todo un
desarrollo sin música alguna, suena una pieza de piano triste y melancólica, la
nueva vida de nuestra protagonista estará siempre marcada por lo que le han
obligado a vivir, una herida que nunca cicatrizará pero que no por ello
desistirá en su deseo de seguir adelante.
Luis Suñer
Qué buena pinta! Me la apunto que no la conocía!
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