domingo, 20 de julio de 2014

Shanghai triad (1995) La joya de Shanghai

Dirección:  Zhang Yimou

Guión: Bi Feiyu (Novela: Li Xiao)

Nacionalidad: China


Reparto:  Gong Li, Li Baotian, Li Xuejian, Sun Chun, Fu Biao, Chen Su, Gao Ying, Liu Jiang, Qianquan Yang, Jiang Baoying
 
Sinopsis: Tras aliarse con Chang Kai Skek y participar en la masacre comunista de 1927, Tang el Patrón, se ha convertido en el jefe supremo de la banda más poderosa de Shangai. Cuando su sobrino llega a la ciudad, queda impresionado por la riqueza y el lujo que le rodean. (FILMAFFINITY)
 

 


Es imposible que prime la objetividad en esta entrada, la cual considero algo especial y fuera de la tónica de las demás, debido a que he de reconocer que el director chino Zhang Yimou es uno de mis cineastas favoritos en activo. Nos deleitó a todos con aquellas historias protagonizadas por mujeres (Gong Li en la mayoría de ocasiones) que se veían obligadas a luchar en un mundo donde reinaba el machismo y la falta de libertad, ya sea en los años veinte o en las zonas rurales en la era comunista. Una vez pasada aquella etapa de los noventa, en la década posterior nos sorprendió y para bien con aquella trilogía wuxia, formada por Hero (2002), La casa de las dagas voladoras (2004) y La maldición de la flor dorada (2006), donde las espectaculares coreografías de luchadores desafiando las leyes de la física creaban unas escenas de acción sin precedentes dentro de un relato melodramático con una factura técnica impecable gracias a los intensos juegos cromáticos de una fotografía sin igual.
 


La película que nos atañe hoy es La joya de Shanghai, un nuevo reto para Yimou, que en su afán por experimentar diferentes temáticas y géneros se decantó por adaptar libremente una novela de gángsteres ambientada en la ciudad que da nombre a la película en los años 30. El relato es presentado a partir de los ojos de un joven de 14 años que emigra del pueblo a la ciudad con intención de hallar una vida mejor. Sirve como criado durante una semana para la femme fatale (más caprichosa que poderosa) de un jefe de la tríada china estrechamente ligado al régimen del dictador nacionalista Chan Kai Shek. 


Durante la primera parte del film nos adentramos en el mundo de esta mujer (Gong Li) a la vez que en los negocios del jefe de la mafia, todo ello visto siempre desde la distancia con la que asiste a los hechos el joven protagonista. Una fotografía en ocasiones similar a la empleada por Kubrick (plano fijo con un único punto de fuga central, pero en esta ocasión con la cámara pegada a unos de los extremos), nos muestra los entresijos de los diferentes espacios donde se mueven los protagonistas  y nos adentra además en los constantes números musicales ofrecidos por Gong Li, entremezclando el ocio y los negocios.




La segunda parte del film, que transcurre en una isla debido a un choque de intereses en una explosión de violencia entre bandas, consigue hacer ganar en intensidad al film, desnudando la personalidad de Xian Jimbao (nuestra Joya de Shanghai), consciente de sus errores y consecuente con ellos, a la vez que nos regala escenas de gran lirismo tanto visual como auditivo como cuando Gong Li junto al niño criado y una niña que vive en la isla deciden interpretar una canción en un momento imprevisto.
Pero por si algo destaca esta película, no es por la dureza del mundo de la mafia ni por los entresijos que estos puedan llegar a tener, es por una fotografía inmensa, que convierte casi cada fotograma de la cinta en una maravillosa obra de arte. Las escenas en la isla, donde hay constante juegos cromáticos de azules, ocres, verdes y amarillos son puras reproducciones de obras impresionistas que bien podrían ser del mismo Claude Monet.
 

Luis Suñer


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